lunes, 25 de junio de 2012

Una historia más que contar. Número 1.

Hola, me llamo Eulàlia. Siempre me he preguntado cosas sin respuesta, pero eso nos pasa a todos, ¿no? Nunca me he preocupado por esas preguntas, hasta me he olvidado de ellas muchísimas veces, sin embargo ahora me voy acordando de todas.
Me han ido pasando pequeñas cosas, ¿sin importancia?
Todo empezó un día de verano, no cualquier día, el día 24, a las 0:00, lo recuerdo tan bien. Delante mío saltaban chispas de los petardos, daban color a mis ojos, me dejaban sorda, ¿pero a quién no le gusta esa sensación? ¿A quién no le gusta ese día?
Delante mío se encontraba el mar y una bengala en mi mano, debajo y detrás arena. A los lados tenía a Miquel y a Lucinda,  unos conocidos de esa misma noche.
Mi primera pregunta sin respuesta '¿Qué hago yo aquí?'.
San Juan terminó, todo el suelo con petardos, la arena quemada, el cielo brillando, y cenizas por todos sitios, como siempre... El fuego puede que termine pero siempre quedarán cenizas, dicen.
'Buenas noches' me desearon los dos desconocidos, y con esas últimas palabras me fui a dormir.
Me desperté con ganas de matar al maldito teléfono, en la pantalla se podía ver el nombre de mi mejor amigo, Jordi. Pero no fue él quien hablaba conmigo desde su móvil, era su madre. Me estaba informando de que Jordi había sufrido un accidente con los fuegos de anoche y tenia quemadas grabes. Estaba ingresado, en coma. No me lo podía creer. Su madre lloraba desesperada y yo... Yo me quede mirando al infinito mientras algunas lágrimas caían por mis mejillas. Grité 'no' cómo si me estuvieran matando, y colgué.
'¿Por qué él?' No paraba de decirme que era por mi culpa, fui yo quien se enfadó con él porque... No me acuerdo ni por qué me enfadé con él, me siento tan mal aún, no lo quiero ni recordar.
Pasaban meses, cada día lo iba a ver... ¿Pero sabes qué? Ya nunca jamás vi sus ojos azules abiertos, ni su sonrisa... No pude reírme con él, no pude volver a estar completa.  Nunca más escuché su voz, y eso me rompió por dentro, y aún me duele, todo fue por mi culpa.
Por mucho tiempo nadie vio ninguna sonrisa dibujada en mi cara, ni siquiera una pizca de felicidad en mis ojos. Pero la única cosa que me hizo feliz fue tatuarme 'Jordi'  en el pie. ¿Por qué en el pie? Buena pregunta, lo conocí porque me hizo una zancadilla.
Me intenté suicidar tantas veces después de que muriese, siempre acababa en el hospital... Tenía el deseo de volverlo a ver, quería morir para estar con la persona que más había querido en mi vida.
'¿Por qué el destino no me dejaba morir en paz?' Otra de mis preguntas.

Vamos a hacer un pequeño descanso, mañana seguiré contándote la historia.


Seis meses después de la muerte de Jordi conocí a Josh, no, mentira, ya lo conocía pero nunca habíamos hablado. Era... Había sido el mejor amigo de Jordi. Simplemente se acercó a mi, me dedicó una falsa sonrisa y me preguntó '¿Qué tal?'. Sin responder nada le pregunté yo a él '¿Y tú?'. La respuesta fue tan simple, una sola sílaba 'Mal', tan sincero como su mirada.
El tiempo iba pasando, Josh y yo eramos amigos, muy amigos. Al principio no veía nada en él. Pelirrojo, ojos verdes, piel blanca, mil y una pecas... Pero aveces las personas se enamoran, yo me enamoré de él cómo de nadie. Sus labios eran suaves, de color rosa clarito.
Y mi primer beso fue con Josh, sí. Los dos suspiramos, nos miramos a los ojos y al unisono preguntamos al aire '¿Qué pensaría Jordi de esto?'.
Sus brazos eran los más acogedores del mundo, sus besos los mejores, sus palabras las más perfectas...
Él siempre me decía que me tenía que relacionar más con la gente, pero siempre le respondía con miedo en la voz '¿Y si me enfado con ellos y después les pasa algo como a Jordi? Hasta tengo miedo de perderte a ti...', y esa conversación acababa siempre con un beso para callarme y no dejarme seguir.
Ya llevábamos tres malditos años juntos. ¿Por qué malditos? Siempre era la misma historia, remordimientos, cada San Juan Josh y yo deprimidos, los meses siguientes era peor. Yo seguía con mis intentos de suicidio, Josh no soportaba mis ganas de morir, me gritaba, no me miraba a la cara, no me hablaba. Mi único apoyo y por mi culpa lo perdía. Y siempre la misma disculpa 'Lo siento Josh... Yo no... No lo soporto', me miraba con los vista perdida y asentía.
Uno de mis intentos de suicidio más habitual era eso que dicen... 'Cortarse las venas', él nunca me había visto en pleno acto hasta que llego el día.
Me miró las manos, la sangre que recorría por mi piel, cayendo al suelo. '¿ENSERIO EULÀLIA? ¿DE VERDAD? ¿QUÉ ARREGLAS CON ESO? YA NO AGUANTO MÁS TUS LOCURAS, TUS TONTERÍAS, TUS COMIDAS DE CABEZA. JODER, QUE ADEMÁS DE AGUANTARTE A TI, TAMBIÉN TENGO QUE AGUANTARME A MÍ, ¿SABES?' Aún me acuerdo como empecé a llorar, como quería levantarme y abrazarlo, pero lo que más quería era rebobinar, como en estos momentos, que a ti te cuento esto, también quiero rebobinar.
Y seguía gritando... 'YO... ¡TE ODIO!'. Cogió el dichoso cúter de mis manos y se lo puso en su muñeca, y con voz extrañamente tranquila me dijo '¿Qué te parece si yo hago lo mismo que tú?', con un gran chillido dije un simple 'No.' Me miro a los ojos, me miraba intentando llegar al fondo de mi mente, deseaba que soltara el aparatejo inútil y que dejará de mirarme. Y eso es lo que hizo. 'Eulàlia, cuando esté más tranquilo vendré a verte, quiero hablar seriamente contigo', y cerró la puerta.
El miedo y la tristeza invadieron mi corazón y mi cerebro, así que estuve cerrada en esa casa, callada, durante una semana entera, esperando la visita de Josh.

Bueno, esto es demasiado para mí, después seguiré...

Por fin llegó el día en que Josh se encontraba en mi casa, 15 días después de nuestra pelea, nuestra última pelea. Sí, vino, me dijo que estaba harto de todo, de que quería espacio para él, que quería seguir estudiando y no distraerse con una relación. Bah, típicas excusas, pero duelen demasiado.
Día tras día era peor, yo deseaba con angustia que saliera el sol algún día por mi ventana, pero nunca se asomaba por ahí.
No podía vivir sin él, sin sus abrazos reconfortantes... Caí en una depresión.
Pero lo más gracioso fue que, después de tanto tiempo, me encontré a Lucinda en el psiquiatra. Ya, que lugar más estúpido, ¿verdad? Pero yo estaba enferma, como siempre había estado en realidad. Ella me ayudaba en todo, ¡já!, dos locas ayudándose, qué locura.
Mi vida no es que fuera empeorando por momentos pero, no era lo que se dice 'una vida de ensueño'. Psicológicamente iba a mejor, sí, por fin asumí que me había tocado vivir eso porque el destino es así, unos caminos se juntan, otros se separan, en fin.
Pero lo peor aún tenía que llegar. El futuro no me aguardaba lo mejor, ¿eh?

De esto que vas al médico, una revisión que tienes que hacer, y notan algo extraño en ti, en tu barriga, un bulto. Sarcástica les dije 'Estoy tan deformada como loca' pero el doctor no me rió la gracia, y menos mi madre. Me asustaba esa seriedad en sus caras, y ese hombre desconocido, después de muchísimas pruebas, sentencio mi muerte. Eh, no, no llores, sé que a ti te ha pasado algo parecido.
¿Mi madre? Buf, no recuerdo la última sonrisa dibujada en su redonda y rechoncha cara, qué pena... Bueno, en realidad tampoco recuerdo la mía.
Lo peor que me podía pasar, me pasó, Josh se preocupó por mí, dijo algo como 'Eh, Eulàlia, ¿te pasa algo que... me puedas contar?' Y mi respuesta no fue la que el esperaba, fue otra pregunta, '¿Por qué lo dices?'. El me respondió con la vista baja, lo recuerdo tan bien... Me decía que me notaba con mala cara, más delgada, con menos fuerzas, ¿cómo no iba ha estar así? Estaba haciendo la quimio, ¡tenía cáncer joder! Y tengo... Y de aquí poco ya no tendré, pero tampoco podré contarle a nadie más mi historia... Josh volvió a ser el que era antes conmigo, hasta que tuve las fuerzas de decirle 'Me voy a morir, no me podré recuperar'. Adivina, se largó corriendo, se alejó de mí. Bueno, lo entiendo, yo quizá también lo hubiese hecho.

Y... Por eso estoy aquí, primera porque me estoy muriendo, y segunda porque Josh aún me derrumbó más. Ojalá sea el que llore más y yo y Jordi lo podamos ver desde el cielo.

Oye... Gracias por escucharme, eh, ¿señora? ¿Señora  Rodriguez? Eh... ¡Enfermeras!

lunes, 11 de junio de 2012

Futuro.

Te pones a pensar '¿Qué haré mañana?'. Está claro, ¡otro día de rutina! Hasta que llegue verano. Pero aún así, en realidad, acabará siendo otra vez una rutina, harás lo mismo que otros años. Pero yo no quiero hablar sobre el verano.
Hemos pasado por muchas cosas, y aún nos quedan problemas para afrontar. Siempre habrá otra montaña, y otra, y otra... Hasta que el tiempo quiera acabar con nosotros. Pero además de problemas, también habrán alegrías, y aprenderemos a vivir mejor que ayer.
Entonces en nuestras vidas, mientras avanzamos por el camino que nos a tocado, conoceremos a ángeles y a demonios. Todos ellos nos ayudarán a comprender al ser humano, aunque creo que es lo más difícil de entender en este mundo.
¿No os gustaría aconsejar a vuestros hijos y nietos? ¿Decirles qué pueden hacer para vivir mejor? Pero para eso aún falta... El mejor consejo que puedo dar yo con mi edad es: estudia, pasa de las cosas malas, recuerda para siempre los buenos momentos y... ¡Búscate a una pareja con dinero! Que ya sé que el dinero no da la felicidad, pero sin dinero, no hay comida y si no hay comida no hay futuro.

Ríe cuando puedas.

Pues aquí os dejo una canción llamada 'Ríe cuando puedas', de El Chojin. Me parece muy, no sé, bonita para decir algo. La letra es demasiado perfecta.
http://www.youtube.com/watch?v=BalQSlMnqDE
 
"Bien, ahí me teneis en uno de esos días
en los que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima
yo sé que siempre hay salida pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecho una porquería
pasan los años, los proyectos, los sueños
¿Recuerdas como querías ser cuando eras pequeño?
crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera
todo es mucho más complejo
responsabilidades, luchas, deberes,
sonreir cuando no te apetece
mentir para no hacer daño a la gente que quieres
fingir cuando perfectamente sabes que te mienten
¿merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres?
¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente?
he sido un cobarde disfrazado de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente
escondo mis miedos para parecer fuerte, pero ya no más, es hora de ser consecuente
porque, porque creo que lo he visto, amigo y..


Quizás la clave para ser realmente libre sea

reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido
Quizás la clave para ser realmente libre sea
reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo


Con este tema me hago una promesa

y es hacer lo que sea para encontrar soluciones no problemas
sé que no soy perfecto, bien, no me castigaré más por no serlo
voy a aprender a decir que no, a aceptarme como soy, a medir el valor
porque a veces fui valiente por miedo
sé que suena extraño pero sabes qué? lo peor de todo esque es cierto
hoy busco, dormir agusto, no suena muy ambicioso pero créeme es mucho
llevo treinta años estudiando la vida
¿Qué no hay mal que por bien no venga? eso es mentira
me centraré en lo importante, en mi familia, mis amigos mi pasión por el arte
aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando
porque estar de bajón es humano
no pienso rendirme ante ningún problema
confío en mí soy capaz de vencer lo que sea
volveré a caer millones de veces pero siempre volveré a erguirme porque me di cuenta de que
oh, si me amigo me di cuenta de que..


Quizás la clave para ser realmente libre sea

reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido
Quizás la clave para ser realmente libre sea
reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo"

Já, la vida me sonríe.

Por lo visto, el destino me está sonriendo. Me ha dicho 'Sí, ahora ya puedes ser feliz, has hecho lo correcto'. Me ha costado mucho entender cual era el error, el error que hacía que nada fuera bien. Pero, já, ahora sí. Me he dado cuenta de lo que era e intentaré no volver a cometer el mismo error.
Desde que decidí hacer de mi vida algo mejor, desde que me dije a mi misma 'mi felicidad no va a depender de nadie', desde entonces, la vida me sonríe.
No voy a fingir más, no voy a ser tan falsa como los demás. Eso sí, nunca me veréis mal, he llegado a la conclusión que es mejor callarse los problemas y que nadie se queje de tus penas.